Diecisiete de septiembre, bonito día para ser solo uno, para hacer de un día cualquiera, un día inolvidable. Imaginaros, como escenario Granada, de público, unos invitados excepcionales y como protagonistas, Lidia y José, una pareja de enamorados que decidieron que yo fuese partícipe de un gran espectáculo para acabar con un singular recuerdo.   

Lidia quiso que fuese todo rodado, eligió el hotel Alhambra Palace para vestirse y poder despreocuparse de que todo estuviese perfecto. Rodeada de sus padres y hermano y arropada por su prima disfrutó de cada detalle, de cada momento, Lidia es una chica alegre, activa, así que no me lo puso difícil, todo lo contrario, participó en todo lo que le pedí. Para mí fue el lugar perfecto para vestir a una novia, tenía la Alhambra a un lado y al otro lado Granada, un paisaje precioso que me dejo con ganas de más. 

José es un trozo de pan, aunque a veces se quiera hacer el duro. Él quiso la intimidad de su hogar, su casa, acompañado por sus padres y sus hermanos y por supuesto su amigo José, el artífice de que Lidia y José hoy sean marido y mujer. Estaban relajados y muy participativos. La complicidad entre ellos es visible, casi palpable, las risas estaban aseguradas y el día prometía ser especial para todos, incluido para mí.

La ceremonia se celebró en los jardines de Siddharta, en Granada, un espacio mimado al detalle para que los novios se sintieran especiales. Leyeron personas importantes para ellos y José le dedicó unas palabras a la novia que cargo el ambiente de buenos recuerdos y sentimientos a flor de piel. Quien les iba a decir que después de una cita sorpresa estarían frente a frente a punto de ser algo más, de crear una nueva vida juntos, de trazar un futuro al compás del otro. Por fin se dijeron ese SI QUIERO, por fin son uno, al fin eran ellos.

Creo que no pudieron escoger mejor sitio para celebrar un día tan especial como este. Todos disfrutaron de la felicidad de ambos. Detalles y mensajes deseando que sean muy felices, un día inolvidable que seguro que quedará grabado en vuestra memoria.

Después de ese gran día, decidimos que el pos-boda tendría que tener un estilo diferente. Me dejé aconsejar por uno de los mejores fotógrafos de Granada, mi amigo Ángel Blanco, un lujo compartir amistad y trabajo con él. Primero visitamos la choperas, un lugar pintoresco que nos dio bastante juego y nos hizo disfrutar. También estuvimos en lugares encantados y con mucha historia, como por ejemplo  el palacio de Carlos V y por último en los alrededores de la famosa Alhambra, que no podía faltar en un álbum granaino. 

Gracias, gracias por elegirme a mí, sin conocerme de nada, apostando por tener un recuerdo único e irremplazable. Gracias por dejarme disfrutar por primera vez de Granada, de conocer a personas como vosotros y hacerme disfrutar de mi trabajo. Gracias por hacer que todas mis locuras se plasmen en unas fotos, por sentir que cada momento fue vuestro y que yo tuve el placer de capturarlo y guardarlo para siempre en vuestras retinas y en vuestro corazón.