Una de las cosas buenas que tiene ser fotógrafo de bodas en Murcia es visitar y encontrar lugares tan peculiares como el Estrecho de la Agualeja en Aledo.

Me gusta poder trabajar en espacios tan diferentes como es una ciudad llena de ruido o un rincón de la naturaleza donde se respira paz. Este fue el primer lugar que eligieron para comenzar un pre-boda  tan íntimo como este. No necesitamos nada más que la claridad de aquel día y la complicidad que ellos dos mostraban.

También visitamos una finca donde Eusebio se sentía más cómodo, estaba en su terreno y lo disfrutó bastante más. Una de sus aficiones son los caballos y él quería tener un recuerdo con ellos y así lo hicimos.